- Tiene el pico fino, como todas las aves que se alimentan básicamente de insectos. Los adultos se distinguen por su pecho y frente rojos enmarcados en colores grises plomizos. La parte superior es pardo olivácea y el vientre blanquecino; su cuello es corto. Existe la posibilidad de confundirlo con el papamoscas papirrojo, que, sin embargo, es de tamaño mucho menor. El petirrojo mide 14 cm. y el papirrojo sólo 11.5. Además, el papirrojo tiene una cola de raíz blanca y el rostro gris.
- Los jóvenes presentan manchas pardas, siendo característicos sus grandes ojos oscuros. Su rostro, pecho y flancos están franjeados de color pardo oscuro.
- Habita en bosques húmedos, frondosos y mixtos, con abundante sotobosque y espesa capa de hojas muertas o de musgo, parques y jardines con maleza. Tiene preferencia por la cercanías del agua. Se encuentra por cualquier lugar.
- Es muy aficionado a los posaderos bajos y a comer en el suelo, en cualquier claro rodeado de árboles o arbustos. Frecuentemente se le puede encontrar en caminos y senderos con vegetación, correteando como un ratoncillo.
- Es un migrante parcial, aunque en ciertas latitudes realiza largos desplazamientos. En nuestra península sólo cría en el norte y en las montañas. En invierno es más abundante por la llegada de migradores europeos. La mayor densidad de invernantes se da en las regiones mediterráneas y en la franja costera cántabro-atlántica, donde la bonanza ambiental es garantía de que rara vez se hiele el suelo.
- Los machos cantan desde mediados de enero hasta mediados de junio, sobre todo en los albores del día, abriendo el concierto matutino acompañados del colirrojo tizón y del mirlo común. También cantan al atardecer hasta bien avanzado el crepúsculo. Su canto es un gorjeo variado y pausado, quizás uno de los más bellos emitidos por un pájaro, un sonoro "tic-tic-tic" que emite a intervalos cortos. Los restantes petirrojos y especies muy emparentados son ahuyentados con este canto; en caso de necesidad, se recurre al uso de la fuerza, es decir, al pico y las patas, siendo siempre el pecho rojo el que desencadena la ofensiva.
- Durante la época de celo, el macho alimenta a la hembra. Ésta construye el nido en una depresión del suelo, debajo del césped alto o en los agujeros de los árboles, empleando hojas y tallos.
- Hace dos nidadas entre abril y julio. La puesta consta de 5 a 7 huevos, que son inclubados durante unos 12 a 15 días. Los pulluelos nacen ciegos y desnudos, necesitando el calor materno durante algunos días. Permanecen en el nido de 13 a 15 días. Cuando aprenden a volar su pecho todavía no es rojo, por lo que pueden circular impunemente por el territorio de sus padres.
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